domingo, 19 de abril de 2009

La mano del que nada

¿Para qué quedarse con la duda de saber
si pudo haber sido algo más que un simple adiós?

Duda, confío que te resquebrajes
y al desconcertarte tomes impulso,
lastimando la cómoda estaticidad.

Si así no es, romperé el juramento
de para qué quedarse con la duda,
porque ahora estoy naciendo,
rompiendo una barrera de temor,
ante la mentirosa indiferencia,
la real infinidad del nerviosismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario